Contenerse

¿No te ha pasado nunca? Esa sensación de tener ardiéndote las entrañas por algún tipo de injusticia, alguien que te ha hecho algo, o, por algún suceso que te hace sentir impotente… Dicen que la venganza se sirve fría y, bueno, quizá esto tenga razón, pero… Si, soy de esas personas a las que le encantaría tener la facilidad de poder sentirse libre de poder plantarse delante de alguien y decirle Váyase usted a la mierda! o, porqué no, Es usted un hijo de la gran puta… Despacharte a gusto con alguien que te está haciendo la vida imposible, o que, simplemente, te está haciendo la puñeta. Cuantas veces, ¡cuantas!, no habremos deseado decirle a alguien Eres un mentiroso de mierda y nos lo tragamos como si de nudos de barco se tratasen y, mientras, los troleros siguen de rositas.

Y todo por unas normas. Hay que ser correcto en todo momento, sobre todo cuando estás prestando un servicio a una empresa, por ejemplo. Te interesa mantener tu puesto de trabajo, por lo que no te queda otra que mantener el tipo. Siempre dices: si, señor; claro, señora; como no, caballero; disculpe, señora; lo lamento, señor; que tenga usted una buena tarde… Cuando, en realidad, tu interior te pide a gritos decirle: deje de joder la paciencia!y a mi que me importa?; va a comprar algo o sólo viene para que le escuche?; anda y que te den…

Pero esto no sólo ocurre en el ámbito laboral. Es perfectamente extrapolable al ámbito familiar y amistoso, es decir, al día a día cotidiano.

Al final, vivimos en una sociedad en la que tenemos que seguir ciertos cánones o normas. En realidad no me parece mal que los haya, pero esto sólo funciona cuando lo cumplimos todos. Si yo me esfuerzo por ser «amable» y «correcto» para contigo, ¿por qué no serlo tu también conmigo? Por desgracia esto no sucede en la misma medida. Siguen existiendo las categorías de «Criadas y Señoras» en nuestra sociedad. El que se cree más que los demás busca a sus lacayos que le sirvan y, si no los encuentra, se coge un berrinche y forma un expolio. Y uno, por no formar un espectáculo, tiene que capear el temporal como puede.

Al final siempre es lo mismo, el poderoso (o quien se cree que lo es pero simplemente sueña con serlo)  frente al sirviente (o quien sencillamente se busca el guiso para llevar un sustento a su bolsillo, pudiendo tener más nivel personal que el primer individuo).

Hoy he visto una película que, en su momento, pasó completamente desapercibida por delante de mis ojos. Se trata de Criadas y Señoras. Creo que es un fiel reflejo de lo que representan estas líneas. Te dejo con el tráiler.

Y como reflexión final: Todo el mundo recibe, antes o después, lo que se merece. Se todo lo feliz que puedas y házselo sentir a los que te rodean con lo que tienes. La vida es sólo una y es muy corta para malgastarla pensando en aquellos a quienes no les importas.

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